El prestigio debe ir de la mano de la eficacia

Lo ha explicado Montezemolo con precisión en su discurso navideño: "Desde 1997 hasta hoy, tan sólo en dos ocasiones, en 2005 y 2009, Ferrari no ha luchado por el título. Los otros años lo hemos conseguido o lo hemos perdido en la última carrera". Su argumento es que la escudería Ferrari es uno de los grandes nombres de la Fórmula 1 y así seguirá siendo, creo que se trata de una realidad indiscutible. Tienen la tradición, el conocimiento y los medios para aspirar a todo. De hecho, cualquier cosa que no sea la victoria siempre sabe a muy poco cuando hablamos de Maranello.

Pero el prestigio de un mito de la competición es papel mojado de no ir de la mano de la eficacia. Lo hemos constatado este año, cuando todos los esfuerzos de la temporada se han ido por el desagüe por un incomprensible error estratégico del equipo. Le seguiremos dando vueltas al asunto y será inútil, no hay remedio, aunque confío en que lo ocurrido en Abu Dhabi haya llevado a la reflexión de los implicados. Las palabras de su presidente invitan a pensar que sí, porque tampoco le falta razón al recordar que las victorias se gestan ahora, en el desarrollo de un coche que no obligue a sus pilotos, y al propio equipo, a ir con la lengua fuera durante todo el Mundial. Nos proponen optimismo y yo acepto encantando compartir esa ilusión.

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Si hablamos de automovilismo lo primero que nos viene a la cabeza es Ferrari. La escudería más laureada e importante del automovilismo mundial. Por eso su presidente, Montezemolo se refiere con esta noticia a que no solo con la historia se gana, si no que, el propio prestigio de la escudería Ferrari debe ir unido a la eficacia de un coche competitivo y eficaz, para que no ocurra lo sucedido este año en la Formula 1. Ya que Ferrari se trata de una marca hecha para ganar siempre.